Durante el pasado mes de noviembre asistí a un taller de crítica cinematográfica de la mano de Miquel Echarri en Cinema Edison, organizado por la Biblioteca de Granollers. Han sido unas sesiones muy interesantes en las que he disfrutado mucho y aprendido a mirar el cine desde otra perspectiva. Este es el resultado del primer «intento de crítica» de la Calumnia de William Wyler. Gracias a todos los implicados en la iniciativa.
LA CALUMNIA – (THE CHILDREN’S HOUR, WILLIAM WYLER, 1961)
Ni Freddy Krueger, ni compañías eléctricas, ni una inspección de Hacienda… no hay nada más aterrador que la maldad de un niño que pretende destruir tu vida. Y eso es lo que nos muestra William Wyler en este clásico en blanco y negro de 1961, con Shirley MacLaine y Audrey Hepburn como protagonistas.
Era su segundo intento de llevar al cine la obra teatral de Lillian Hellman, The children’s hour. En la primera ocasión, en 1936, la censura vigente del Código Hays le obligó a convertir una historia sobre sentimientos amorosos entre mujeres en un triángulo heteronormativo, alejado de la trama inicial e incongruente. Ni siquiera pudo usar el título original y pasó a llamarse Esos tres (Those three).
Veinticinco años más tarde se desquitó con este remake. En La calumnia, Wyler nos cuenta como la idílica existencia de dos profesoras se ve malograda por la difamación de una pequeña. Con total premeditación y alevosía, no duda en vengarse de lo que considera una afrenta de su profesora y llevarse por delante a todo aquel que se cruce en su camino. ¿El rumor?: sus profesoras mantienen una relación lésbica. En 1961, recordemos.
En una época donde se premia el culto a la familia tradicional, siendo el matrimonio y los hijos la finalidad última —y casi única— de la mujer, la sola insinuación de otra alternativa de vida es directamente juzgada como antinatural y duramente castigada con el ostracismo de toda la comunidad.
La tensión dramática de la película se apoya principalmente en la magnífica interpretación de MacLaine, Hepburn y Karen Balkin (Mary, la niña), mediante el uso de primeros planos que consiguen transmitirnos sin grandes artificios toda una gama de emociones.
En definitiva, es una película de corte clásico, en la que los actores declaman con claridad, los personajes se tratan de usted y la elegancia está presente, aunque sea para ejercer el mal. De esas que al verlas no puedes evitar twittear pensar: «ya no se hacen películas como las de antes».
CINEMES EDISON | BIBLIOTECA GRANOLLERS
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