Unas consideraciones sobre el viaje a la Riviera Maya:
– OJO (sí, en mayúsculas y negrita) con dónde hacéis escala si no tenéis vuelo directo. Nosotros viajamos desde Barcelona y el único vuelo directo que encontramos valía más que el pack de vuelo y hotel juntos, así que nos decidimos por hacer escala en Miami. ¿Y qué es Miami? Una ciudad estadounidense. ¿Y qué es una escala en una ciudad estadounidense? Volvemos a las mayúsculas y negrita: ES UNA PESADILLA.
Para empezar, lo más importante, al preparar nuestro viaje repasamos los requisitos de entrada en México, pasaporte con al menos una vigencia de 6 meses y rellenar un formulario para el control migratorio que te dan en el avión, suficiente. Pero no caímos en la escala en Miami, gran error, ya que eso suponía que tenías que pedir el ESTA (Electronic System for Travel Authorization) para poder entrar en Estados Unidos, si, aunque sólo vayas a estar de escala en el aeropuerto es necesario. Se recomienda realizar la solicitud con al menos 72 horas de plazo, aunque nosotros nos enteramos de su necesidad el día anterior a nuestro viaje, creo que es lo más cerca que hemos estado de un infarto, afortunadamente en menos de una hora el tramite estaba hecho online y aprobado. Su coste es de 14 dólares por persona y tiene validez durante 2 años.
Para seguir, al facturar en Barcelona ya nos dieron también la tarjeta de embarque de Miami a Cancún, pero nos advirtieron que en Miami debíamos recoger las maletas y pasar el control aduanero para volver a facturar allí, bueno, no hay problema, tenemos una escala de 4 horas, en algo nos tenemos que entretener. Concretamente el proceso consistió en :
– Pasar el control de entrada a Estados Unidos donde te hacen la foto, te toman las huellas digitales, te escudriñan como si pretendieras matar a Obama y, según el humor del funcionario, algunas preguntas sobre el porqué de tu visita, normalmente con un «on holidays» suele bastar.
– Recoger la maleta.
– Pasar otro control volviendo a enseñar el pasaporte (pueden repetirse las mismas preguntas).
– Recorrer interminables pasillos.
– Entregar la maleta y pasar el control de seguridad, obligatorio descalzarse todo el mundo.
– Ir a nuestra terminal para la que había que coger un tren (viaje de dos minutos que se nos hizo como dos siglos).
Este proceso fue muy «rápido» en la ida y nos tomo cerca de una hora, apenas había colas, así que lo tomamos con humor y filosofía. A la vuelta nuestra escala era de tres horas, pero en esta ocasión las colas eran interminables, así que los controles nos llevaron… casi tres horas… llegamos al embarque los últimos, colándonos en los controles finales y sin tiempo a calzarnos corriendo por los pasillos, ya que en los últimos controles los empleados nos decían que perdíamos el avión… así que encarecidamente os aconsejo que si tenéis opción de hacer escala en Madrid o cualquier otra ciudad no estadounidense optéis por ella aunque el coste sea superior. ¡Os ahorrará años de vida en sustos!