Hace un año, ajenos a lo que se avecinaba, andábamos por el Palacio de la Aljafería, en Zaragoza. Fue nuestra última escapada sin mascarillas, distancias y compartiendo tapas y abrazos.
Este palacio islámico fue construido por los taifas como residencia de recreo. Ha sido, entre otras cosas, fortaleza, residencia de los Reyes Católicos, cárcel de la Inquisición y sede de las Cortes de Aragón actualmente.
Su arte mudéjar fue declarado patrimonio de la UNESCO. Junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba, está considerado una de las obras más importantes del arte hispanomusulmán. Su nombre significa Palacio de la Alegría.
La trama de la la ópera «Il Trovatore» de Giuseppe Verdi tiene lugar en la parte más antigua del palacio: la Torre del Trovador.
Los Reyes Católicos imprimieron su sello personal en varias partes del palacio, construyendo el salón del trono y levantando una segunda planta, para demostrar la fuerza de su reinado. Fijaos por ejemplo en este techo, con la frase «Tanto Monta».
Todavía se pueden encontrar dibujos realizados por los presos encarcelados durante la Inquisición.
Situación del Palacio de la Aljafería de Zaragoza: a unos dos kilómetros del casco antiguo. Aproximadamente veinte minutos andando.
Reserva: Nosotros visitamos la Aljafería sin reserva ni compra previa de entradas, pero mientras duren las restricciones Covid, os aconsejo que comprobéis las condiciones y disponibilidad en este enlace:
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Precio: actualmente acceso gratuito hasta nuevo aviso. El precio habitual, sin descuentos, eran cinco euros. Los domingos se podía entrar gratis.
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