Bar restaurante Kiosko – La Pineda (Salou)

Tal y como os comentábamos en el post anterior sobre nuestras vacaciones de Semana Santa, el lugar escogido este año ha sido Salou (Costa Dorada). Como ya es habitual en nuestros viajes solemos  reservar en régimen de media pensión y así tenemos la oportunidad de poder ir a comer a diferentes restaurantes de la localidad que visitamos.

Teníamos tres comidas que hacer por delante, así que el primer día (Viernes Santo) decidimos desplazarnos hasta la zona de La Pineda (Vila-seca) que quedaba muy cerquita del hotel y a donde llegamos dando un tranquilo paseo.

Después de recorrer la avenida que bordea la playa y no convencernos ninguno de los restaurantes que por allí había, nos metimos por la calle Marcos Redondo y a unos 50 metros de entrar en ella nos encontramos con una pizarra en el que se ofrecía un menú que nos pareció de lo más apetitoso y a un precio muy razonable (12 euros).

Era un lugar normalito, sin grandes lujos, más cercano a un bar/casa de comidas que a un restaurante, pero el hambre que ya había hecho su aparición y la buena pinta de la carta con sus platos caseros nos convenció para quedarnos allí.

Como os comentamos no había lujos, pero era un lugar en el que uno puede encontrarse cómodo, ya que recuerda a los bares familiares de barrio de toda la vida. La persona que nos atendió (que parecía ser el propietario) fue muy amable en todo momento y tras tomar nota de nuestra comanda nos trajo un aperitivo compuesto de unas patatas chips y langostinos. Hemos de reconocer que es una costumbre que nos encanta y de la que no estamos muy acostumbrados a ver en la mayoría de los bares/restaurantes de Cataluña.

Nuestro primer plato (el que nos incitó desde la pizarra a entrar) fue un potaje de vigilia. El típico potaje que se preparaba antaño para celebrar el Viernes Santo, no podía llevar nada de carne y debía ser contundente, tal y como marcaba la tradición del ayuno y abstinencia que debía contemplarse en un día como ese. Y a pesar de no ser seguidores de este tipo de tradiciones, nos apetecía mucho comernos uno.

Los segundos platos fueron diferentes para cada uno. Mi acompañante pidió la Dorada al horno (muy bien preparada y sabrosa) y para mí Cordero con guarnición, también muy rico, tierno, pero para mi gusto se les había ido un pelín la mano con el aceite.

Había varios postres para elegir (predominando la fruta) pero escogimos el clásico vasito de helado de chocolate y vainilla.

Acompañando la comida, pedimos para beber vino de la casa (que no era para tirar cohetes) y gaseosa que disimuló su sabor áspero (como el de la mayoría de vinos de mesa que sirven en este tipo de menús).

Salimos satisfechos, bien comidos y por un precio razonable: 12 euros por cabeza.

Puedes ver más fotos de Bar restaurante Kiosko – La Pineda (Salou) en nuestra galería en Flickr.