A simple vista no evoca una imagen demasiado maternal, hasta impone un poco de respeto, sobre todo a los que nos atemorizan las arañas. Pero esta gigantesca escultura de nueve metros homenajea a una madre, la de Louise Bourgeois, la artista que la esculpió. Su nombre es Maman (mamá en francés) y se encuentra ubicada en el exterior del museo Guggenheim de Bilbao.
“La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi madre era muy lista. Las arañas son presencias amistosas que se comen los mosquitos. Sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y son por ello indeseables. De esta forma, las arañas son útiles y protectoras, como mi madre”.
Su material principal es el bronce. Mamam porta en su vientre un saco con diez huevos de mármol, sus crías, que simbolizan la fertilidad, protegido por acero. Como bien nos indica Deborah García en esta charla de Naukas, es interesante no quedarse solo con la obra en sí, sino además analizar los materiales que la componen, esto nos dirá mucho más de ella. Os recomiendo que veáis el video para llegar a una interpretación de su significado a través de sus materiales.
La araña vasca no es la única de su especie, tiene hermanas (algunas de acero) repartidas por el mundo, por ejemplo en la Tate Modern de Londres; en el Mori Art Museum de Tokyo o el Qatar Center Museum.
La próxima vez que vaya a Bilbao creo que veré a esta araña con más simpatía.
